Han pasado tres años desde que realizamos aquella
experiencia inolvidable del Camino de Santiago. Era algo nuevo en el colegio, íbamos a pasar
una semana fuera con nuestros compañeros caminando y los nervios estaban
presentes en las clases de tercero. Es una oportunidad única para poder hablar con aquellos que
nunca pensaste que lo harías, para conocer las preocupaciones y la manera de ver
la vida de tus compañeros o de los muchos peregrinos extranjeros que te puedes
encontrar. Día a día el cansancio se notaba, con suerte igual te tocaba
agua caliente en la ducha y no pasabas frío por la noche en aquellos polideportivos. En la última etapa del camino, el momento en el que entramos
en la Plaza del Obradoiro en Santiago fue increíble, hubo risas, cánticos y sobretodo
alegría por haberlo logrado, y lo más importante, haberlo hecho juntos. Sin duda es una
experiencia que jamás olvidaremos y un gran recuerdo que nos llevamos de nuestro
paso por el colegio.
Como en muchas otras cosas, el primer camino fue algo especial para todos. Todo era nuevo para nosotros, cada paso, cada albergue, cada recodo del camino... Todo ello era nuevo para nosotros. La experiencia fue fabulosa y en nuestro recuerdo quedan muchos sentimientos, palabras y vivencias de aquel camino.
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lunes, 3 de febrero de 2014
Inigualable
El Camino de
Santiago del año 2011 ha sido inigualable. Al ser el primer año que se
comenzaba con esta iniciativa, todo el mundo estaba a la expectativa del
resultado final. Me siento orgullosa de todo mi curso, puesto que tuvimos la
valentía suficiente para aceptar el reto que nos propuso el colegio y, además,
creo que lo superamos con creces. Durante la larga y dura semana caminando, la
mayoría se da cuenta de lo importante que es tener personas a tu lado frente a
situaciones complicadas.
El camino me
llenó personalmente, era un constante esfuerzo de superación personal y de
luchar por conseguir lo que querías, llegar hasta el final. Lo que más me
sorprendió y motivó fue la unión que día a día íbamos formando entre todos
nosotros, ya que no era una simple unión escolar, si no algo especial que nos
hacía más fuertes y donde siempre que se necesitaba, se echaba una mano al otro
aunque necesitaras más ayuda. Las palabras de ánimo, las risas, los chistes,
eran algo fundamental y que nunca faltaba.
Cuando
logramos llegar a la Catedral de Santiago, era tanta la felicidad de haber
logrado lo que nos proponíamos, que supuso uno de los momentos más emotivos de
todos estos años. Creo que todos volveríamos a repetir la experiencia sin
pensarlo.
No fue nada fácil
No fue nada
fácil conseguir el gran reto de llegar a Santiago de Compostela. Todo empezó
con la propuesta de nuestros profesores, nosotros muy ilusionados la aceptamos
y estuvimos varios meses muy ilusionados hasta la llegada del día que empezaba
el camino.
Al principio
piensas que se hace en nada, pero según pasan los kilómetros te das cuenta de
que no es tan fácil como parece. Llegábamos
agotados a los polideportivos, las tardes las pasábamos entre
actividades y descansando del fatigado día que habíamos pasado caminando.
Pero no todo
era andar. Mientras andabas hablabas con personas de tu clase con las que pocas veces
habías hablado, la relación entre todos los de clase se afianzó
mucho más.Y andando
llegamos hasta la plaza del Obradoiro. Lo habíamos conseguido después de
tantas ampollas, frío y algún dolor que otro. No fuimos
conscientes de que habíamos sido los primeros del colegio en conseguirlo junto
a nuestros profesores y fue y será una experiencia inolvidable.
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