El Camino de
Santiago del año 2011 ha sido inigualable. Al ser el primer año que se
comenzaba con esta iniciativa, todo el mundo estaba a la expectativa del
resultado final. Me siento orgullosa de todo mi curso, puesto que tuvimos la
valentía suficiente para aceptar el reto que nos propuso el colegio y, además,
creo que lo superamos con creces. Durante la larga y dura semana caminando, la
mayoría se da cuenta de lo importante que es tener personas a tu lado frente a
situaciones complicadas.
El camino me
llenó personalmente, era un constante esfuerzo de superación personal y de
luchar por conseguir lo que querías, llegar hasta el final. Lo que más me
sorprendió y motivó fue la unión que día a día íbamos formando entre todos
nosotros, ya que no era una simple unión escolar, si no algo especial que nos
hacía más fuertes y donde siempre que se necesitaba, se echaba una mano al otro
aunque necesitaras más ayuda. Las palabras de ánimo, las risas, los chistes,
eran algo fundamental y que nunca faltaba.
Cuando
logramos llegar a la Catedral de Santiago, era tanta la felicidad de haber
logrado lo que nos proponíamos, que supuso uno de los momentos más emotivos de
todos estos años. Creo que todos volveríamos a repetir la experiencia sin
pensarlo.
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