No fue nada
fácil conseguir el gran reto de llegar a Santiago de Compostela. Todo empezó
con la propuesta de nuestros profesores, nosotros muy ilusionados la aceptamos
y estuvimos varios meses muy ilusionados hasta la llegada del día que empezaba
el camino.
Al principio
piensas que se hace en nada, pero según pasan los kilómetros te das cuenta de
que no es tan fácil como parece. Llegábamos
agotados a los polideportivos, las tardes las pasábamos entre
actividades y descansando del fatigado día que habíamos pasado caminando.
Pero no todo
era andar. Mientras andabas hablabas con personas de tu clase con las que pocas veces
habías hablado, la relación entre todos los de clase se afianzó
mucho más.Y andando
llegamos hasta la plaza del Obradoiro. Lo habíamos conseguido después de
tantas ampollas, frío y algún dolor que otro. No fuimos
conscientes de que habíamos sido los primeros del colegio en conseguirlo junto
a nuestros profesores y fue y será una experiencia inolvidable.
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